CLINE, Emma, Las Chicas. Anagrama. Barcelona 2016
El verano1969 era el del amor en San Francisco. Miles de personas viajaron a California en busca de sol y amor libre. La ciudad de se llenó de gente sin dinero que sólo quería ser feliz. Por las calles soleadas deambulaban chicas de pelo largo y liso con flores en su pelo. Gráciles, frescas, con ropas holgadas que parecía vivir del aire. Para una niña aburrida sin demasiadas esperanzas eran un sueño, una puerta al mundo. Cómo no dejarse llevar por ellas.
Ese es el comienzo de una de las novelas más esperadas de la temporada. Su autora, que había sido crítica literaria del New Yorker, es decir, la creme de la creme de la crítica literaria norteamericana, ha recibido más de dos millones de dólares por el manuscrito y no es por lo que he contado, pues el verano del amor empieza a ser un tropo literario demasiado usado, sino por lo que sigue. La chica protagonista se apunta a un grupo de jóvenes que han formado una comuna en torno a un hombre carismático y persuasivo y se va a vivir con ellos a un rancho en las colinas de LA. Cualquiera empezará a imaginarse lo que viene: una comuna promiscua en torno al líder con cantidad de sustancias alucinógenas que acaba en una de las tragedias más mediáticas de aquel momento: el asesinato de la mujer de Roman Polanski, Sharon Tate, que estaba en avanzado estado de gestación, a manos del grupo liderado por Charles Manson, que se auto-denominaba “la familia”. La historia se redondea con la leyenda de que Polanski estaba maldito por rodar en el edificio Dakota de New York y que en su macabro ritual, los asesinos escribieron en el frigorífico de la casa, con sangre de la víctima, versos de la canción de los Beatles Helter skleter en la que veían una premonición del apocalipsis de una guerra entre blancos y negros.
Aunque, casualidades de la vida, Manson está en las últimas y ha vuelto a aparecer en los medios de comunicación, la novela no es una narración de la tragedia, sino un análisis rico y poliédrico de la mente de la protagonista, que no es más que un personaje secundario de esta historia mediática. La manera en que se encandila por la jefa del clan. Como ésta la convierte en esclava del líder que la utiliza como moneda sexual. En una de las escenas la hace acostarse con el líder de los Beach Boys para que le lance en su carrera musical. El devenir de los acontecimientos convierte el ritual de iniciación en la vida adulta de la joven en una tragedia que nadie parece como saber parar.
El punto de vista de la adolescente que se mueve entre nubes se contrapone con el de esa misma mujer en la madurez, que trata de comprender porque y como se metió en aquello. El toma y daca entre esa dos mujeres, que son una misma, da riqueza a un libro que, pese a beneficiarse de esa historia mediática, no es la historia de esa barbarie sino de la pérdida de la inocencia y la creación de una personalidad.
Luis Ángel Adán León