La aproximación a los acontecimientos históricos no se ha caracterizado mucho por ser divertida, ni muy diferente a las clases magistrales. No estoy hablando de ensayos o artículos profesionales. Me refiero a ese tipo de trabajos de divulgación que no dejan de ser aproximaciones serias a los devenires históricos.
Este libro, cuyo título ironiza sobre el libro de John Reed sobre la revolución rusa, es afortunadamente algo diferente: un canto a la ironía y al humor que son la base de las viñetas políticas que lo articulan.
Estructurado cartesianamente en 50 momentos que jalonaron la historia mundial desde la Revolución Francesa hasta Obama, va alternando una introducción a cada bloque histórico con los comentarios a las viñetas que le sirven de apoyo que no son nunca más largos de las cuatro páginas.
Del libro me gustaría destacar dos cosas: lo bien que está escrito y la forma en que mezcla el rigor histórico con la interpretación de los acontecimientos. Cuando hablo de bien escrito me refiero a la riqueza del lenguaje que nunca es pedante pero siempre rico. No pasan dos líneas sin que sonrías ante una palabra hermosa sin dejar por ello de ser precisa.
En mi opinión de no experto, el rigor histórico aparece en el comentario a cada viñeta. Cualquiera con una cultura media sabe de qué va la parte de la historia que se va a comentar, pero entre la prosa hermosa salen los nombres, las fechas y las anécdotas del investigador riguroso. A la vez, la selección y la interpretación de los dibujos supone una toma de postura ante los hechos históricos que, además de ser inevitable, muestra el valor necesario ante la tarea intelectual. La bibliografía no es apabullante, como podría serlo dada la importancia de los hechos narrados, pero muestras la seriedad con que se han enfocado los hechos sobre los que ha escrito.
La colección de viñetas es enriquecedora y nos da un paseo por la historia de este patrimonio gráfico infinito e inmensamente sugerente.