La aparición de Intemperie nos dejó a todos estupefactos. No había referencias previas y estaba llena de alusiones a otros géneros y novelas clásicas como western, novela realista rural. Una narración de un lirismo descarnado para un western de la meseta castellana convertida en desierto sin nombre. Pero ya hace mucho tiempo de eso y el autor ha escrito otras novelas de la que había publicado una que no tuvo el éxito de la anterior, a la que no se parecía en nada. Javier Carrasco ha seguido escribiendo y desechando hasta esta nueva narración, que tampoco tiene nada que ver con las anteriores. Ésta es claramente referencial hacia el mismo y hacia una situación personal que las personas de una cierta edad tenemos que asumir: nuestros padres dejan de ser nuestro refugio para convertirse en una carga.
En una edad en la que todos hemos construido, más o menos, un mundo a nuestra medida, las ventajas de la medicina moderna nos presentan a unos padres en condiciones físicas de sobrevivir, pero en condiciones mentales totalmente dependientes. El protagonista deber asumir una responsabilidad que el patriarcado adjudicaba a las mujeres y abandonar su mundo confortable para volver a su pueblo a cuidar a su madre. Ese acto que su hermana define muy bien cuando dice que a los padres no hay que darles simplemente lo necesario sino lo que se merecen se convierte en un renacer y la reclusión en el pequeño pueblo en que se crio le lleva a ir recuperando su pasado a la vez que lo pierde su madre.
No hay nada del lirismo de la prosa de las anteriores novelas. Es un mundo de objetos cotidianos que sirven para reconstruir sus experiencias y las de muchos de nosotros. La ternura que le provoca esa madre que siempre representó la adustez castellana a un hombre educado por un padre acostumbrado a no mostrar sus emociones. La valentía de dejarlo todo cuando lo cómodo era ir delegando en otros y la construcción de un mundo temporal de los restos de su infancia y juventud están más que conseguidos. Esperemos que esta vez vuelva tener suerte con el público. De todos modos, lo seguirá intentando, seguro.
Llévame a casa. Javier Carrasco. Seix-Barral 2021.