Durante un tiempo Emir Kusturika estuvo pensando seriamente en dirigir una versión cinematográfica de Cien años de soledadcon el apoyo de García Márquez. Hubiera sido una de esas raras ocasiones en que dos mundos tan distantes pero tan iguales en lo esencial como Macondo y la los gitanos de la antigua Yugoslavia se hubieran juntado. Porque el mundo de Kusturika está insuflado de las esencias de García Márquez: la mirada infantil, los amores oscuros, los conflictos étnicos fratricidas, la tragedia histórica, la magia ancestral. Todo ello presentado con un realismo que ahora todos llamamos mágico.
Emir Kusturica músico, guionista, director y actor de cine ha ganado todos los premios europeos de cine e incluso ha dirigido a Johnny Depp en Hollywood. Hace ya tiempo que no trabaja mucho. Esta es su segunda publicación. La primera fue una autobiografía: Donde estoy yo en esa historia? Ahora es una colección de seis novelas cortas que publicó en Francia en 2015, la quinta de las cuales le sirvió para su última película Por la vía láctea, que protagonizó con Monica Belucci.
Ambientadas hace casi medio siglo en la extinta Yugoslavia no distan mucho de las narraciones que se pueden escuchar al calor de una cerveza en cualquier taberna del país, alentadas por las perspicaces voces de sus personajes, tan increíbles que sólo pueden ser verdad. Seres e historias que oscilan entre lo heroico y lo patético; entre la guerra y las crisis familiares; las pasiones incontrolables y las consignas del partido comunista.
Un niño apodado conejito (Zeko), que cuenta sus pensamientos y acciones a una carpa; un matrimonio construido por secretos, que acaba acudiendo al mismo hospital sin tener constancia de ello; unas serpientes que salvan a un soldado de una muerte brutal… Estas son algunas de las situaciones planteadas por Kusturika en el sexteto de relatos que se nutren de un elevado ingrediente de simbología tribal y de emociones compartidas. Lo grotesco y lo onírico te encandilan y te hacen reír hasta que todo ello es sacudido por una violencia que estaba oculta en ese paisaje mágico para devastarlo todo.
Leerlos no dista mucho de disfrutar de la mayoría de los títulos que integran la filmografía del bosnio y nos devuelve a ese mundo tan único y tan suyo.