MOGGACH, Deborath, El hotel de los corazones rotos, Lumen, Barcelona 2013
El título de esta novela que hace alusión a un álbum de Elvis puede ser algo engañoso porque indefectiblemente estamos ante algo puramente inglés y no americano. Estamos ante una historia que sólo puede pasar en Inglaterra y entre ingleses. Tal es así que hay un momento en que la novela se pone meta-literaria y un personaje escritor reflexiona sobre literatura. Según él la novela inglesa últimamente es demasiado coral. La afirmación puede no ser verdad con respecto a la novela pero sí lo es con respecto al cine. El ejemplo puede ser la película Love Actually, una historia navideña en la que diferentes personajes buscan el amor por un Londres de estrellitas y guirnaldas. Hace poco se estrenó una adaptación cinematográfica de una novela en la un grupo de jubilados ingleses se mudaba a Jaipur para poder pasar la jubilación con dignidad. El marco era un desvencijado hotel en crisis a cuyo resurgir cifran los protagonistas su destino. La autora de la novela en la que está basada la película es una madura y relativamente famosa escritora inglesa con amplia experiencia en adaptaciones cinematográficas, tal es así, que algunas de sus novelas fueron primero guión para la pantalla y luego novelas: Deborath Moggach.
En este caso ha repetido la trama coral y el marco hostelero, pero ahora se atreve con una institución típicamente inglesa: los bed and breakfast. Podría parecer que estamos hablando de una pensión española pero el concepto del desayuno inglés y que muchos de ellos estén situados en casas desvencijadas los hace diferentes. El que protagoniza esta historia se sitúa en un entorno rural, en un pequeño pueblo en la frontera entre Gales e Inglaterra y ahí está la clave de la historia. El hilo conductor es un actor en los setenta con una atareada vida sentimental que fue el argumento de otra novela de la autora: Buffy. Al comienzo de la historia hereda un b&b de una antigua amante y decide dejar Londres para empezar de nuevo. Como el b&b no va muy bien, se le ocurre organizar cursos para divorciados en el que puedan aprender las cosas que sus ex hacían por ellos: arreglar el coche o reparar desperfectos para ellas o cocinar o saber escuchar para ellos. Como es evidente, nada sucede como él pensaba pero todo es muy divertido.
Como es de imaginar estamos ante una comedia suave llena de personajes estrambóticos y situaciones originales en las que la edad y el paso del tiempo juegan una parte importante. Los ingleses han pillado un nuevo filón, a parte de las recreaciones históricas románticas, las comedias románticas corales. En ellas miran las relaciones de pareja, el sexo y la edad con la ironía y la gracia que los ingleses deberían convertir en patrimonio de la humanidad por encima del té y el cambio de guardia.
En este caso ha repetido la trama coral y el marco hostelero, pero ahora se atreve con una institución típicamente inglesa: los bed and breakfast. Podría parecer que estamos hablando de una pensión española pero el concepto del desayuno inglés y que muchos de ellos estén situados en casas desvencijadas los hace diferentes. El que protagoniza esta historia se sitúa en un entorno rural, en un pequeño pueblo en la frontera entre Gales e Inglaterra y ahí está la clave de la historia. El hilo conductor es un actor en los setenta con una atareada vida sentimental que fue el argumento de otra novela de la autora: Buffy. Al comienzo de la historia hereda un b&b de una antigua amante y decide dejar Londres para empezar de nuevo. Como el b&b no va muy bien, se le ocurre organizar cursos para divorciados en el que puedan aprender las cosas que sus ex hacían por ellos: arreglar el coche o reparar desperfectos para ellas o cocinar o saber escuchar para ellos. Como es evidente, nada sucede como él pensaba pero todo es muy divertido.
Como es de imaginar estamos ante una comedia suave llena de personajes estrambóticos y situaciones originales en las que la edad y el paso del tiempo juegan una parte importante. Los ingleses han pillado un nuevo filón, a parte de las recreaciones históricas románticas, las comedias románticas corales. En ellas miran las relaciones de pareja, el sexo y la edad con la ironía y la gracia que los ingleses deberían convertir en patrimonio de la humanidad por encima del té y el cambio de guardia.
Luis ángel Adán León