Galveston. Nic Pizzolatto. Traducción de Mauricio Bach. Salamandra. Barcelona, 2014. 284 páginas. 18 euros
No puede parecer acertado hablar de una serie de TV, True Detective, para hacer una reseña de una novela. Pero visto que no estamos ante una gran novela sino una interesante y que, sin embargo, ocupa un puesto alto en la lista de ventas es inevitable explicar de donde viene ese éxito. Y confirmar que si no fuese por esa serie no estaría haciendo esta reseña. Hay muchas, muchísimas novelas de delincuentes para que no parezca otra más, que no lo es.
El éxito de la serie, que más que recibir multitud de premios ha sido un bombazo entre los adictos, se debe, como es habitual en este tipo de producto, a una conjunción de factores: música, diseños de producción, ambientación, localización, personajes y talento narrativo. De las tres primeras no se puede responsabilizar a Nic Pizzolatto pero de las otras sí. Así como del lugar donde se desarrollan los acontecimientos, que es fundamental para la acción.
El éxito de la serie en 2014 hizo que se relanzase Gavelston en USA y se publique en España (la editorial Salamandra ha inaugurado su sello Salamandra Black con ella) esta narración de 2010. Es anterior al éxito de la serie lo que permite ver lo que había antes, además de valorarla en sí misma. Podemos afirmar que tiene algunos rasgos cercanos a la serie pero la otra es de una complejidad y brillantez narrativa de la que carece ésta. El protagonista es también interesante pero carece de la riqueza de los de la TV. Coinciden en la importancia del escenario en que desarrolla la historia: las planicies pantanosas de Luisiana en un caso y un Nueva Orleans y la costa Tejana en ésta. El aspecto más destacable es su capacidad para manejar sabiamente la historia mezclando presente y pasado en una tensión dramática perfecta tanto en una como en la otra.
De ésta destacaríamos la ambientación. El mundo a la deriva en el que acaban los personajes. Esa especie de Benidorn fuera de temporada que es Gavetston. El protagonista, un matón de New Orleans llega allí con un diagnóstico de cáncer en el bolsillo y una joven prostituta con la que nos sabe que hacer perseguido por su antiguo jefe. Vive en un hotel rodeado de restos del naufragio humanis, dudando entre abandonar a la chica y morir más o menos dignamente o buscar la forma redimirse encaminándola para dejar algo bueno detrás cuando se vaya.
Aquí demuestra su talento narrativo con un giro argumental que nos lleva veinte años después y que desvelar sería romper la tensión. A partir de ahí la narración se balancea entre esos dos mundos igual de opresivos y deprimentes con ráfagas de acción y reflexiones del protagonista. La violencia y brutalidad del protagonista se contraponen con su voluntad de dejar algo bueno detrás pero la joven que quiere redimir es otro juguete roto en ese mundo a la deriva y su pasado está ahí esperándole a la vuelta de la esquina. Ya he dicho que la novela es bastante brillante pero le faltaba mucho para llegar a la serie. Veremos en que acaba. La segunda temporada está por estrenar y la madurez que la TV le ha dado puede dar mejores frutos en la narrativa.
Luis Ángel Adán León