Comimos y bebimos Ignacio Peyró. Libros del asteroide. 2019
A estas alturas un libro de experiencias culinarias en España suena un poco pasado de moda. Contar lo que cuenta suena también un poco rancio. Pensar que quien lo ha escrito tiene cuarenta años sorprende porque parece que tenga sesenta y mire el ocaso de la vida. Pero nada hay más alejado de la realidad de este libro. Su autor es una persona equilibrada y sensata que escribe desde un mundo un poco pasado de moda. Un mundo de meriendas y aperitivos en el barrio de Salamanca que decidió dejar una vida acomodada y segura por la del periodismo político y cultural. Ahora dirige el instituto Cervantes de Londres y no ha perdido su puesto con el cambio de gobierno pese a su estilo derechoso porque es un profesional que ama el diálogo y adora la cultura. Es maravilloso sentirse descolocado con él y dejarse envolver por su prosa elegante y su visión antigua de las cosas.
A pesar de haber nacido demasiado tarde para vivirlo, se define como hombre de la UCD, del consenso y la preparación, no de los profesionales de la política que no ejercieron de nada antes y han convertido la escena partidista en un campo de futbol de segunda, en la que la supervivencia depende de los patadones que des. Su estilo es poco agresivo y su forma de vivir la vida es el disfrute. Es inevitable que los de fuera de su mundo lo veamos como un estirado elitista pero no es verdad. Cómo el dice, ha tenido que ahorrar para comer en muchos de los restaurantes a los que nombra y dedicarse a recordar lo comido durante un mes, hasta la próxima nómina.
Ya he dicho que está organizado en meses y sus respectivas cocinas de temporada. Y dentro de cada mes va trazando los elementos que le ha llegado. A pesar de haber nacido y vivido en Madrid, la introducción es campestre, en la muga entre Extremadura y Portugal; de ahí se va moviendo por los restaurantes y bares de Madrid, Londres y Paris. Cada uno lo une a algún elemento culinario y personal, así como literario y político. Clasista desde la distancia, sin menospreciar nadie; machista desde el respeto a la mujer pero con modos de otra época; culto sin erudiciones pero con precisión.
Leí a la vez que el de una inglesa negra feminista y la montaña rusa de pasar de uno a oro no los hizo desmerecer a ninguno.