«Nunca te cases con un hombre del que no te gustaría divorciarte.» «Cualquier cosa que no te guste de tu cuerpo a los treinta y cinco años te producirá nostalgia a los cuarenta y cinco.» «Si un zapato no te vale en la zapatería, nunca te valdrá.» «Cuando los hijos llegan a la adolescencia, es importante tener un perro, para que alguien en casa se alegre de verte.»
En esta obra rebosante de prácticos consejos y desenfadada sabiduría, la famosa escritora y cineasta Nora Ephron comparte sus recuerdos y se sincera sobre los temas más variopintos con su habitual sentido del humor y su inconfundible voz. Ephron nos habla de su experiencia como madre y del síndrome del nido vacío; del precio de vivir en su adorada Nueva York; de su paso por la Casa Blanca como becaria; del amor tras un divorcio; de cuánto odia su bolso; de envejecer, del tinte del pelo, la cinta de correr, las cremas que prometen milagros pero que no logran hacer desaparecer las arrugas de su cuello…
Publicado en 2006 y convertido ya en un clásico contemporáneo, No me gusta mi cuello es el libro más querido y emblemático de una escritora tan influyente como inimitable.
NORA EPHRON
Nacida en Nueva York y migrada a California con sus padres guionistas, se pasó toda su infancia y adolescencia echando de menos el mal tiempo y la contaminación de la Gran Manzana desde la luz y el clima benigno de California. Era neoyorkina y no podía evitarlo.
En esa familia sólo se podía ser escritor. Así que estudió periodismo en el Boston College y se lanzó a vivir de ello. Alcanzó cierta fama como escritora de cocina y se casó con una estrella del periodismo: Carl Bertein, de la pareja Berstein y Woodward que descubrieron el caso Watergate. Eran felices e iban a tener su segundo hijo cuando descubrió que su marido le engañaba con una mujer mucho más alta y elegante que ella y después de arrastrarse para conseguir que no se fuera escribió un libro divertidísimo que la encumbró a los altares de la cultura norteamericana.

Si alguien es capaz de escribir una novela divertida desde la mayor de las miserias, puede con todo. A partir de entonces se hizo columnista de prestigio y se volvió a casar por tercera vez. De sus columnas ha recopilado varios libros. Tres de ellos han sido publicados en castellano. Y el que presentamos el es último.

Entre los diversos temas que aborda: lo autobiográfico, en el divertidísimo relato «Algunas observaciones sobre pechos»; las fantasías sexuales de las mujeres; la «política vaginal» («Hemos pasado la época en que la felicidad era un perrito cariñoso y la época en que la felicidad era un martini seco y hemos llegado a la era en que la felicidad es “saber cómo es tu útero”»); la derrota de Betty Friedan, «la-madre-de-todas-nosotras», frente a Gloria Steinem, la representante de la nueva generación; la utilización del movimiento feminista por los partidos políticos; las reinas de la belleza; los grupos de concienciación; la inefable estrella del film porno Garganta profunda, Linda Lovelace; un apoteósico concurso nacional de cocina, que es un retrato al vitriolo del ama de casa de la mayoría silenciosa; la persistencia de comportamientos machistas entre varones presuntamente progresistas; la manipulación de la mujer por la industria cosmética; etc., etc.

Ephron hace un divertido repaso de su pasado, de sus mayores fracasos y alegrías, y se lamenta con humor de las vicisitudes cotidianas. Nos habla –entre otras cosas– de lo que recordamos, olvidamos o inventamos al llegar a cierta edad; de su historia de amor con el periodismo; de cómo sobrevivir a un divorcio; de su preocupante relación con la bandeja de entrada de su correo electrónico; de intimidades, pequeñas manías, recetas favoritas, fiestas desastrosas; y de muchas cuestiones que todas las mujeres se preguntan al llegar a una cierta edad pero que raramente se atreven a confesar.
En un determinado momento se dio cuenta de que lo que realmente le gustaba era crear, no solamente contar que le pasaba y empezó a escribir guiones que otros adaptaron. De entre todos me gustaría recordar dos:

Incluye la escena más famosa de la historia sobre como las mujeres pueden falsear un orgasmo para contentar a su pareja. El restaurante de la escena es uno de los puntos que no puede dejar de visitar en Nueva York. Por el bocadillo de salami.

Una comedio mega-romántica que, pese a pesar de ello, reescribe los esquemas del género desde un punto más feminista.
No se puede decir que no tuviera una vida plena. Cuando le detectaron una leucemia sin muchas posibilidades, decidió no decírselo a nadie para que no la agobiaran y le dejaran seguir trabajando hasta el final que es lo que deseaba. Un aplauso.