Ahora o nunca, María Ripoll
Afortunadamente les estamos comiendo la tostá a los ingleses en el mundo de la comedia. Ellos hicieron antes Cuatro bodas y un funeral. El cine español ha sido capaz de crear otra comedia sobre el mismo tema, que parece imposible y que nos riamos. Todo depende del humor típicamente español, que puede ser chabacano pero que es capaz de crear situaciones divertidas y mantener la tensión durante todo el metraje.
La historia parecía que no iba a despegar en los primeros cinco minutos en los que se inclina por lo pastelero. Pero consigue que los personajes secundarios se apropien de la historia y le den vida. La madre mega-clasita, el padre andaluz profundo, las amigas: la putón, la marimacho y la cornuda amarga. Las tres tías folklóricas, la hermana loca, el otro padre que no saca partido del Recio pero que no lo desperdicia. Las situaciones se mezclan y suceden con fluidez. La pareja protagonista cuaja: Dani Rovira hace su mismo personaje y lo borda; María Valverde está preciosa y exageradamente pastelera pero da perfectamente la réplica. Las situaciones contadas deslucen y el diseño de producción puede mejorarse pero han conseguido lo imposible: vender y que nos riamos en un terreno más que trillado