Abott y Costello, Martes y Trece, Faemino y Cansado. Las parejas cómicas masculinas han tenido siempre bastante éxito. Lo importante es encontrar el equilibrio entre lo que representa cada uno de los personajes y hacer de la contraposición de ello un diálogo fluido hacia la risa. Juan José Millás y Juan Luis Ursuaga se conocieron un día y empezaron una relación única y maravillosamente divertida. Fruto de ella salió hace dos años un libro interesantísimo del que es continuación este que reseño.
Un paleontólogo que dirige el yacimiento de Atapuerca, pero que es un sabio de la naturaleza y sus dinámicas y un escritor irrepetible con una cabeza llena de preguntas que mezclan la inocencia infantil con la inteligencia y la sabiduría de una persona de setenta y cinco años entablan un viaje de conocimiento en el que el guía es Ursuaga y el narrador es Millás. Arsuaga presenta espacios y personajes que sirven para explicar la dinámica de la biología a un ser urbanita y frágil. Millás escucha con respeto pero con esa curiosidad ligeramente impertinente que pone de los nervios a los profesores.
El teatrillo que ellos montan por escenarios de lo más diverso es francamente divertido, pero lo que Arsuaga trata de explicar a Millás es ostensiblemente importante. En este caso, su empresa es explicar la situación biológica de los humanos en la naturaleza. El significado último de la realidad de la muerte entendida desde el punto de vista biológico, darwiniano. La frase que más repite es que en la naturaleza no existe la vejez, sólo hay esplendor o muerte. La vejez no existe porque en cuanto fallas una vez acabas devorado por tus enemigos. El envejecimiento sólo nos está permitido a los homos sapiens. Las diferentes situaciones que el paleontólogo plantea al escritor reflejan la idealización que los humanos hemos hecho de la naturaleza, que carece de todo sentido que no sea transmitir nuestros genes mejorados.
Millás obedece y aprende pero con esa retranca del que está muy por debajo del profesor pero siempre es capaz de sacarle las contradicciones a la luz. Un libro que invita pensar a la vez que a reír. Invito a todos, además de a leer, a ver cualquiera de sus presentaciones porque hay pocas cosas más divertidas y más enriquecedoras.