La forma de valle que adquiere la representación gráfica de las reacciones humanas ante las imágenes artificiales de los humanos que nos parecen casi-pero-no reales se conoce como “valle inquietante” Ese es el gran dilema que se le plantea a alguien que conoce las entrañas de la industria de la tecnología de la información: ¿Hasta qué puntos estamos controlados y engañados por esa tecnología?
Para no responderla directamente, la autora nos narra sus años dentro de esa industria, en uno de los más famosos valles de nuestra historia: Silicon Valley. Criada en Brooklin e indefectiblemente orientada a mal vivir en el mundo editorial neoyorkino, decidió viajar a San Francisco y trabajar para una empresa que promocionaba el uso de las bibliotecas digitales donde ganaba el doble y vivía al sol en una de las ciudades más hermosas del planeta. Cuando se dio cuenta de que allí a nadie le interesaban los libros decidió cambiar y lo hizo a otra start-up que hacía análisis de nuestros hábitos en la red, antes de que se convirtiera en ilegal. Finalmente acabó en una que promocionaba el sowfare libre obteniendo pingües beneficios de ello.
Cuando fue consciente de la vacuidad de aquel mundo volvió a la cultura y se dedica a escribir sobre temas tecnológicos en algunas de las publicaciones más importantes de su país. Por eso ha escrito este libro, en una especie de acto liberador en el que describe el ambiente en que vivió. Los fondos de inversión se dedicaron a inyectar dinero a espuertas a pequeñas empresas lideradas por veinteañeros imberbes que se hicieron ricos de la noche a la mañana. En mi opinión lo más interesante del libro es la descripción de esos ambientes. Las oficinas anti-oficina, la cultura empresarial ultra-entregada a la causa, el infantilismo de esos personajes y el poder increíble que se les entregó. Un mundo casualmente blanco, masculino y de clase media.
Las tres empresas para las que trabajó no aparecen nombradas por restricciones firmadas de confidencialidad, pero nos permiten observar la evolución su cultura empresarial y de los dilemas morales que representan esos tipos de negocio. Merecen especial atención las descripciones de los diferentes CEO de las empresas y del tipo de relaciones que cultivaban con sus empleados.
El otro gran tema es la ciudad, que gracias a esta industria se ha convertido en una de las más caras del mundo, se describe sin idealizar, pero con la admiración de esa belleza innegable que ha hecho que la autora se quede allí pese a no ser ya parte del chiringuito.
El tono narrativo tiene esa intensidad tan neoyorkina que acumula frases brillantes y comentarios agudos. Quizás esa acumulación hace que uno se pierda entre tanto fogonazo descriptivo y necesitase algo más argumentativo, pero sigue siendo brillante y esclarecedor.
VALLE INQUIETANTE (2021) Ann Weinner. Libros del asteroide.