Estamos ante la entrega dieciséis de la serie de novelas protagonizadas por Charlie Parker. Hay otras dos más publicadas en inglés que esperan su traducción: una precuela al comienzo de las aventuras de Parker y una aventura individual de sus amigos favoritos por lo que esto parece no tener fin a corto plazo. Lo gracioso es que los adeptos no ponemos evitar ponernos a leerlas con la devoción de viejos amigos, pero con la sensación de que no va a tener nada nuevo que contarnos y se va a repetir, para caer de nuevo en sus garras y devorar las páginas hasta ese final, que sabemos que será melodramático, pero nos dejará el buen sabor de boca de que ganen los buenos contra el mal, aunque ese mal no se acabe nunca.
Esta entrega cierra una historia comenzada en la novela anterior La mujer del bosque. Para ello hace viajar a los protagonistas hasta Ámsterdam y luego al centro de la city londinense, al corazón de su sistema judicial inglés, probablemente el más alambicado del mundo. En el libro anterior, los dos malvados seres que se mueven con crueldad entre el presente y el pasado huyeron por pelos de Estados unidos con el aliento de Parker en el cuello. Este es la narración de esa caza que, como no, se convierte en trampa para los Parker y sus aliados.
En este caso, la historia no se desarrolla en los melancólicos paisajes de Maine sino, además de Ámsterdam y Londres, en varios lugares de la campiña inglesa, famosos por sus conexiones sobrenaturales. El mundo en el que trabajan es el de los coleccionistas de libros antiguos y todo está inevitable ligado al el esoterismo y la magia negra a través de sectas antiguas que adoran al “hombre verde” en yacimientos de la edad de hierro en los páramos de Hexhamshire en Northumberland o que convierten las vidrieras de la iglesia de Fairford en Gloucestershire en un teatro del mal.
Toda la historia está llena de referencias históricas y culturales, centradas en el Londres victoriano de “Jack, el destripador” o el Ámsterdam de la pintura flamenca que dan profundidad la novela de éste género del paranormal noir del que Connolly se ha convertido en el rey.