La novela que sigue a una de éxito suele ser una transición para poder escribir a gusto la siguiente, que es la que de verdad se puede escribir con libertad. También esto pasará fue un éxito apabullante para una novela en la que, en principio, gran parte del interés residía en la relación madre hija entre la autora y su madre: la gran figura de la literatura española de post-guerra, en la que fue editora, escritora y animadora cultural, Esther Tusquets. Lo que tenía de morbo pronto se desvanecía y triunfaba el tono ligero de confesión de un ser un poco a la deriva que tenía que enfrentarse a la pérdida de la persona fundamental de su vida: su madre.
En esta novela la pérdida es también el centro de la narración, pero en este caso el ser perdido es una amiga que desapareció cuando tenía 15 años a causa de una leucemia fulminante. La narradora está en la cuarentena y lleva una vida relajada. Todo lo relajada que lo puede llevar una madre de dos hijos de padres diferentes con una intensa vida social. Una visita a su antiguo colegio la fuerza a reconstruir su amistad con la Gemma del título y averiguar qué fue de su familia.
La suya es una vida ligera y frívola con sus pequeñas desilusiones y frustraciones, pero en la que nada es demasiado dramático. La búsqueda de ese personaje perdido entre las brumas de la adolescencia sirve de contrapunto a esa narradora cargada de ironía ligera que parece huir del compromiso y de la trascendencia. Sus avatares sentimentales y sus devenires familiares y amicales discurren sin drama y nadie parece recordar a aquella adolescente llena de posibilidades que desapareció de sus vidas sin más. La búsqueda de recuerdos en su pasado y en el de sus amistades le hace reconstruir su adolescencia y su infancia.
El logro de esta novela, como de la anterior, es el tono leve de la narradora que hace su lectura aparentemente fácil hasta que los zarpazos de una tragedia sacan por momentos la seriedad a la superficie. La duda es hasta qué punto esa levedad toca al lector. A la espera de la siguiente quedamos emplazados.