JUAN MADRID, Gloria bendita, Alianza Editorial. 2020
Es gracioso que buscando información sobre este libro las entradas de reseñas no tenían nada que ver con las habituales. Ha aparecido El mundo obrero, del que no sabía que todavía existía y de periódicos de la misma cuerda, frente a la falta de mención de los clásicos. Juan Madrid era y es, con Vázquez Montalbán, el iniciador de la novela negra, en el sentido americano del término, como forma de análisis de la sociedad, en España. Es verdad que había otros autores, pero ninguno como ellos dos sabía utilizar la literatura criminal como vehículo de análisis de la sociedad en la que vivimos. Vázquez Montalbán se fue con los pájaros de Bangkok y Juan Madrid estuvo a punto en el 2017. Después de una convalecencia larga vuelve cabreado y lleno de energía.
La energía se la ha dado la mala leche que le ha producido el campechano huido y la trama un comisario interesado más en ganar dinero que en resolver crímenes a costa de grabar información de todos los que se le ponía a tiro de grabadora. Con esta premisa ha hilvanado una trama rocambolesca en la que cualquiera puede reconocer en ella los personajes reales de los que hablamos haciendo cosas posibles pese a que todo es muy loco.
La novela es típica de Juan Madrid en su voluntad de no perder el tiempo. Escenas que se suceden rápidamente y diálogos cortantes en los que no se pierde en barroquismos. Respecto a sus personajes, que es la otra pata sobre la que monta sus novelas, hay que destacar que, pese a que los personajes de mujeres no eran su fuerte, se atreve a convertir a tres generaciones femeninas en centro de la acción. Una mujer de su edad, su hija en la treintena y la hija de ésta, al final de su adolescencia. Vapuleadas por la vida encuentran en su familia un apoyo para superar las leches que les va dando la vida con dignidad. Finalmente, la trama que tendría gracia por lo ridícula sino no fuera más que posible y porque probablemente algo parecido ha tenido lugar pagado con nuestro dinero.