Corría 2010 y Marta Sanz acaba de publicar su primera novela y se encontraba en una encrucijada creativa de la que no sabía cómo salir. Hablando con su padre, éste le sugirió que escribiera una novela de detectives. Era la forma de salir de aquel atasco por la vía fácil. Pero Marta Sanz es incapaz de hacer nada por el lado fácil. El resultado fue Black, black, black. Su protagonista era Arturo Zarco, un cuarentón gay bastante blando que miraba todo desde una distancia elegante. Aquella novela partía del postulado, de Vázquez Montalbán y de otros muchos, de utilizar el género para analizar la realidad social y no para crear juegos de ingenio. Los protagonistas eran el detective y su ex-mujer, Paula, con la que mantiene una relación de odio y dependencia que le sirve de segunda opinión sobre los casos que tiene que investigar. Además esta una escritora un poco desequilibrada y su hijo, que acaba siendo la pareja del protagonista. Pero por todos los lados está la organización y el estilo, barroco y poliédrico, que no da ninguna concesión al lector. Es decir, al final escribió la novela que le pedía el cuerpo dentro un género del que es fan entregada.
Siguió su carrera literaria y dentro de ella incluyó otra novela con los mismos personajes, Los detectives de verdad nunca se casan, en la que era el protagonista absoluto y los demás hacía de coro griego en la distancia. Finalmente, ha acabado las andanzas de estos con pequeñas mujeres rojas. En la que la protagonista es Paula y en segundo plano Luz, su amiga confidente.
La historia ocurre en un pueblo de la meseta al que la protagonista va a colaborar en la apertura de unas fosas con asesinados de la Guerra Civil española. Como en las otras novelas, el estilo y la organización de la historia no tienen nada que ver con la eficacia narrativa clásica de las novelas de detectives es complejo y exigente. Pequeñas y frágiles son las mujeres que sufrieron la represión y sufren la violencia machista; mujeres que sufren por su género la barbarie de esa sociedad; y rojas porque esa es su ideología y por eso fueron represaliadas. Brillante.