La trilogía del Baztan
En las últimas estadísticas el promedio de ventas de un libro en España es de 4.000 ejemplares. Por lo tanto que alguien que no sea conocido consiga vender del primer libro de una trilogía 100.000 libros merece respeto. Si parece que el producto posee cualidad la cosa se pone interesante. Todo comenzó hace tres años cuando una autora mando el manuscrito de una trilogía detectivesca a varias editoriales. En la puja que produjo el interés por ella se decidió por Destino. La obra se basaba en tres pilares: matriarcado, mitología vasca e investigación. El paisaje en el que estos tres elementos se mezclaban era el valle del Baztan, uno de los más hermosos de los Pirineos.
La obra era un conjunto de tres novelas independientes que comparten protagonistas y que en su desarrollo resulta estar interconectadas. Una inspectora del grupo de homicidios de la policía Foral es encargada de resolver un crimen que se comete en su tierra natal Elizondo. Para ello tiene que volver allí y enfrentarse a sus fantasmas personales y familiares. A largo de sus aventuras vamos descubriendo como todo está conectado y su vida se complica y peligra a cada paso.
El resultado es ambicioso pero se mueve entre demasiada mitología que no aporta muchas cosas y un desarrollo de los hechos que pese a sus continuas sorpresas resulta previsible, incluso para mí que nunca veo quien va a ser el culpable.
Su lectura ha sido como la esas series que nunca serán tu favorita, pero que te cuenta cosas que te enganchan y que no puedes dejar hasta el final. En ese trayecto me saltaba muchos pasajes en la naturaleza mágica del Batztan que la autora se empeña en enfatizar como mágicos.