The strain
Una vez vista esta serie uno se pregunta si se quedaron si dinero por gastárselo todo en el primer capítulo y dejar así contento a Guillermo del Toro o simplemente era un engaño sin sentido en el que rebajaron los estándares de calidad hasta límites increíbles. Para fastidiarlo amenazan con continuar, como indica el final.
El primer capítulo engancha pese a tener tantas semejanzas con cosas ya conocidas porque plantea líneas interesantes y está realizado de forma grandilocuente y apabuyhante. El resto de la serie va bajando hasta niveles increíblemente bajos que te hacen pensar en porque te enganchaste y sigues viéndola. Hasta la escena final demuestra la cutredad de la producción. Todo ocurre en el teatro en el que se ha encerrado uno de los personajes, una versión cutre de Marilin Manson, en una escena que bien podría haberse rodado por la productora más cutre del mercado. Peor todavía es “el maestro” que pasa de ser un ser poderosa a un ridículo giñapo que da más risa que miedo. Todo comenzó en la escena en que los protagonistas se encierran en una gasolinera rodeados por vampiros zombies. Puede que esa incompresible adicción a los zombies le de alas a la historia pero, en mi opinión la escena es una vergüenza. Vergonzosa también es la única escena de sexo entre el protagonista y su compañera. A ella le obligan a vestir ropa interior marrón y absolutamente anti-sexi y a comportarse como una saltimbanqui. Debe ser imposible tratar de ser erótico en un mundo tan erótico como el de los vampiros. La historia del judío cazador de vampiros es igualmente desilusionante. Consiguen un personaje mítico. Una judío superviviente a los campos de concentración que se dedica a perseguir vampiros y los contraponen a un nazi convertido en vampiro. La escena de su confrontación es muy interesante. Pero la esperada explicación de como se conocieron es sosísima, que es lo peor que se puede decir de algo en una historia de vampiros. El protagonista tiene menos carisma que unos naúticos, que diría mi cuñado. La protagonistas femeninas son guapas pero no dan para más. Las historia del latino reclutado por unos contra-vampiros es chiste, pese a la presencia escénica de su protagonista. La historia del magnate que vende su alma por la inmortalidad tiene buena presencia, gracias al sirviente esclavo que lo acaba abandonando. Pero no da para más. El golem centro europeo que deja arquitectura para acabar matando ratas se convierte en una especie de figura vacía sin más. La hacker, que como los homosexuales, no puede faltar en toda serie catastrofosta que se precie no aporta mucho. Su solución al problema que ha creado es triste, como si se les hubieran acabado los ordenadores para pretender un poco que es una genio de la informática. Que nos queda. Poco. El nivel de calidad de producción, que es lo que siempre sorprende en producciones americanas va bajando hasta acabar en una cutredad que supera cualquier producción española.